A sus 75 años, Miuccia Prada es una figura icónica en el mundo de la moda. Reconocida por sus diseños minimalistas que desafían las nociones convencionales de belleza y lujo, ha forjado un camino singular en una industria a menudo dominada por la sexualización.
Su trayectoria no solo le ha valido el reconocimiento de la crítica y del público, sino que también ha contribuido a acumular una notable fortuna, un logro poco común en este sector. Actualmente, su imperio empresarial está valorado en aproximadamente 6.200 millones de dólares, posicionándola entre las 500 personas más ricas del mundo.
Pero, ¿cómo pasó esta estudiante de mimo y doctora en Ciencias Políticas a fundar el exitoso Grupo Prada?
Nacida en Milán en 1949 como Maria Bianchi en una familia acomodada, Miuccia creció en un edificio histórico que aún habita. Su padre, Luigi Bianchi, dirigía una fábrica de cortadoras de césped, mientras que su madre, Louisa, había heredado el negocio familiar de marroquinería. A pesar de que el negocio era propiedad de su madre, Miuccia no mostró interés en la industria familiar al principio, ya que sus pasiones estaban en campos más alejados del comercio.
En sus años universitarios, Miuccia se destacó como una joven rebelde e inteligente, con la ambición de crear un mundo más justo. A menudo, asistía a protestas vestida elegantemente, luciendo prendas de Yves Saint Laurent en lugar de jeans como la mayoría de sus compañeros.
Después de obtener su doctorado en Ciencias Políticas, su vida dio un giro cuando pasó cinco años entrenando en el Piccolo Teatro de Milán como mimo. Sin embargo, la presión de sus padres la llevó a unirse al negocio familiar. A finales de la década de 1970, se hizo cargo de la tienda, que en ese momento generaba aproximadamente 45,000 dólares anuales.
Aunque al principio le resultaba incómodo trabajar en lo que consideraba un campo superficial, pronto comenzó a disfrutar del diseño, encontrando en él una nueva independencia. Su vida cambió radicalmente cuando conoció a Patrizio Bertelli, un empresario con grandes ambiciones. A pesar de sus diferencias, pronto se unieron tanto en lo personal como en lo profesional.
Juntos, implementaron cambios significativos en la marca, incluyendo la introducción de zapatos y una segunda tienda en Milán. Un momento crucial fue el descubrimiento de un material innovador, el nylon Pocono, con el que diseñó mochilas que se lanzaron en 1984. Este fue solo el inicio de su éxito; en 1985, el bolso Prada se convirtió en un fenómeno de ventas.
En 1987, Miuccia y Patrizio se casaron. En lugar de tomar su apellido, ella convenció a una tía de adoptarla para que su nombre coincidiera con el negocio. En 1988, decidió aventurarse en el diseño de ropa, a pesar de que inicialmente no tenía interés en ello. Este cambio estratégico impulsó a Prada a convertirse en una marca global, con ventas que alcanzaron los 50 millones de dólares en EE.UU. para 1990.
El impacto de las celebridades en la marca fue significativo, especialmente cuando Uma Thurman lució un vestido de Prada en los Oscar de 1995. Aunque no ganó el premio, el vestido atrajo la atención mediática y catapultó a la marca al estrellato.
Durante los años 90, Prada continuó expandiéndose, lanzando Miu Miu y líneas para hombres. Para finales de la década, la empresa contaba con cerca de 100 tiendas y ventas que ascendían a 850 millones de dólares. Patrizio, decidido a competir con LVMH, amplió aún más el imperio, lo que llevó a que la fortuna de Miuccia se estimara en 1.400 millones de dólares en 2001.
A lo largo de los años, su fortuna ha fluctuado debido a diversas crisis económicas y al auge del mercado de lujo. En 2012, regresó a la lista de Forbes en el puesto 139, y su fortuna actual está valorada en 6.200 millones de dólares.
A pesar de su éxito, en 2023, Miuccia y Patrizio renunciaron a sus roles de codirectores ejecutivos y ahora se enfocan en su legado y en el futuro del grupo Prada.
Fuente: BBC
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