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Tesla acaba de atravesar su peor año en ventas, pero sus acciones han tenido una notable subida.
Tesla reportará márgenes de ganancia más ajustados en sus resultados trimestrales y anuales debido a la caída de las ventas en 2024, su primer descenso anual en la historia de la empresa, además de la creciente guerra de precios en el sector de vehículos eléctricos. Sin embargo, muchos inversores parecen más enfocados en la relación de Elon Musk con Donald Trump que en los desafíos que enfrenta la automotriz.
A pesar de los problemas, como la competencia creciente y los cambios en las regulaciones federales de emisiones que podrían afectar los ingresos de Tesla por créditos regulatorios, las acciones de la empresa han subido un 57% desde las elecciones. En 2024, Tesla casi pierde su lugar como el mayor fabricante de vehículos eléctricos del mundo, superado por el fabricante chino BYD, aunque este aún no ha entrado al mercado estadounidense. Si la tendencia sigue, es posible que Tesla pierda esa posición este año.
La cercanía de Musk con Trump ha generado expectativas entre los inversores, que esperan que la nueva administración favorezca los planes de Musk, como la aprobación de autos autónomos sin pedales ni volantes, una promesa que Musk ha hecho durante años. A pesar de ello, la tecnología de Tesla, como su sistema de “Conducción Autónoma Total” (FSD), no ha cumplido con las expectativas previas y enfrenta investigaciones de seguridad. A pesar de esto, Musk sigue afirmando que los robotaxis autónomos de Tesla estarán disponibles para 2026, lo que, según él, convertirá a la empresa en la más valiosa del mundo. Algunos analistas comparten esta visión.
Por otro lado, existen analistas que no creen en la pronta llegada de la conducción autónoma, además de advertir que la desaceleración del mercado de vehículos eléctricos en EE. UU. podría representar un desafío serio para Tesla. Las acciones de la compañía han bajado un 17% desde su máximo en el último mes, aunque todavía se mantienen por encima de los niveles previos a las elecciones.
Un tema clave es el futuro de los créditos regulatorios. Además, se ha hablado de eliminar el crédito fiscal de $7,500 para la compra de vehículos eléctricos, lo que podría hacer que los autos de Tesla sean menos competitivos frente a los de gasolina.
La eliminación de este crédito podría incluso aumentar la ventaja competitiva de Tesla, ya que la compañía sigue siendo el fabricante más rentable de vehículos eléctricos. Sin embargo, algunos analistas sugieren que la pérdida del crédito fiscal dificultará que Tesla compita con los autos de gasolina, especialmente cuando la demanda aún no está completamente a la par con la capacidad de producción de la empresa.
Tesla podría responder a estos desafíos reduciendo los precios de sus vehículos, como lo hizo en 2019, cuando perdió un crédito fiscal anterior. Sin embargo, con márgenes más ajustados, esta estrategia podría presionar aún más sus finanzas.
Finalmente, un punto de preocupación para algunos inversores es el enfoque de Musk, quien parece estar dedicando más tiempo a otras empresas y proyectos como SpaceX, X (antes Twitter), y su empresa de inteligencia artificial, xAI. La falta de atención en las operaciones diarias de Tesla podría influir en su desempeño. Aunque la compañía sigue lanzando nuevos modelos, como una actualización del Model Y, no hubo un evento especial para promocionar este cambio, lo que ha generado dudas sobre el enfoque de Musk hacia la automotriz.
A pesar de los desafíos, algunos analistas siguen optimistas, aunque reconocen que Tesla enfrenta obstáculos significativos en el corto plazo.
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